Rissóis de Camarão (Empanadillas de gamba)

La elaboración de los «Rissóis de Camarão» requiere tiempo y no es especialmente una receta sencilla, pero el resultado final es tan delicioso, que merece la pena.

Ingredientes

1 kilo de gambas
Sal
2 litros de leche
1 cebolla mediana
200 gramos de margarina
150 gramos de harina
1 cucharada de de pimienta en polvo
Harina para espolvorear
3 huevos batidos
Pan rallado
Aceite para freír

Preparación para el relleno

Se cuecen las gambas en agua hirviendo con sal solo durante 2 minutos y se escurre el agua que no se va a aprovechar.
Se pelan las gambas reservando las cabezas, que se machacan en un mortero para aprovechar la mayor cantidad posible de líquido y se ponen en la sartén a fuego lento junto con el líquido de haber cocido las gambas. Se deja hervir cerca de 10 minutos hasta que se reduzca a la mitad. Se pasa la mezcla por un tamiz y se reserva el líquido.
Se pica la cebolla y se pone en una cazuela que va al fuego con la margarina hasta que la cebolla quede dorada, se añade una cucharada de harina, se mezcla y se añade el caldo de las cabezas. Se va echando la leche caliente sin parar de remover hasta que la mezcla se vea cremosa y homogénea.
Se sazona con sal y pimienta, se retira del fuego, se juntan las gambas previamente cortadas en trocitos y se deja enfriar.

Preparación para la masa

Coger dos vasos de agua y llenarlos a la misma altura, dos con agua y otros dos con harina.
Poner el agua a hervir y cuando esté hirviendo, echar de golpe la harina. Remover hasta que se haga una bola que se desprenda del fondo.
Retirarla del recipiente, colocarla sobre una superficie enharinada.

Preparación de los Rissóis de Camarão

Formar bolas con la masa y estirarlas en tiras con el rodillo también enharinado. La masa no debe ser muy gruesa para que el pastel no quede pesado, ni muy fina para que no se rompa. Poner en medio un poco del relleno, cerrarlas y cortarlas con un vaso, dándole la forma de una media luna.

Se aprieta levemente todo el borde para que la masa quede bien pegada, se pasan por el huevo batido una tras otra, después por el pan rallado y se fríen en aceite caliente.
Se retiran con una espumadera y se colocan en papel absorbente.

Y ahora solo queda tener cuidado para no quemarse la lengua al comer y saborear este plato tan rico.