El fado es el género musical portugués que traspasa fronteras llevando el alma lusa por todo el mundo. Surgió en las calles de Lisboa y, por eso, es en esta ciudad donde se encuentran algunas de las mejores casas de fado del país. El problema es que la oferta de locales para escuchar fado en Lisboa es tan amplia y a veces tan orientada al turista general, que deja de lado la esencia de la tradición. Para que eso no pase a los verdaderos amantes de fado y de la música, aquí os recomendamos cuatro lugares en Lisboa donde escuchar el fado auténtico, lugares con solera y tradición donde los espectáculos se viven como un ritual.
Junto a la Sé, la catedral de Lisboa, se encuentra uno de las casas de fado más antiguas de la ciudad. Dirigida por el músico y compositor, Mário Pacheco, ofrece la posibilidad de durante su cena, ver actuar a artistas de renombre como Cuca Roseta, Rodrigo Costa Félix, Maria Ana Bobone o Carolina y también a otros más amateurs. El prestigio de esta casa de fados hace que sea centro de parada obligatoria de personajes famosos. Entre muchos otros, ha recibido la visita de Scorpions, Woody Allen y Cristiano Ronaldo.
Un aliciente además de su inmejorable localización, es su cocina, que ofrece lo mejor de la gastronomía portuguesa. Y como curiosidad, el Clube de Fado cuenta en su local con un antiguo pozo árabe donde es tradición pedir un deseo y estamos convencidos de que el deseo más solicitado es volver a la maravillosa ciudad de Lisboa.
Una de las casas de fado más emblemáticas de Lisboa, la Tasca do Chico, abrió sus puertas en 1993 y cuenta con dos locales en los barrios con más historia de la capital portuguesa: el Bairro Alto y Alfama.
El de Barrio Alto sea tal vez el más conocido, por eso también suele ser el más frecuentado y saturado, por lo que recomendamos visitar el que se encuentra en el número 33 de la Rua dos Remédios en Alfama, un sitio pequeño y lleno de encanto donde vivir una noche de fado en su pureza más auténtica y desnuda.
Advertimos, que como su nombre indica, no se trata de un restaurante sino de una tasca por lo que en su carta, se pueden degustar los típicos ‘petiscos’ (aperitivos) tradicionales portugueses como el chorizo y la morcilla asada, quesos alentejanos, bacalao asado, caldo verde y beber sangría casera. Eso sí, cuando se canta fado, se deja de servir, se hace el silencio y se vive el momento casi religioso, de escuchar cantar fado a media luz, con todo el sentimiento y el respeto que merece.
También en Alfama, esta casa de fado ha visto brillar a figuras tan importantes del fado como Raquel Tavares, Ricardo Ribeiro, Pedro Moutinho y el recientemente fallecido, D. Vicente da Câmara. Situado en una antigua capilla decorada con preciosos azulejos portugueses, sin ser un restaurante como tal, sirve un menú cerrado si se quiere, pero lo que más merece la pena es la calidad de los fadistas que por allí pasan. Es un sitio pequeño de apenas 30 metros cuadrados pero especialmente recomendado para una noche de fado en Lisboa de calidad.
Situada en el corazón del Barrio Alto, esta antigua casa de fados que tras un tiempo cerrada volvió con aires renovados en la primera década del siglo XXI, tiene como punto fuerte el hecho de que su director artístico y fadista residente sea Marco Rodrigues, una de las voces más bellas de las nuevas generaciones del fado. Sólo por escucharle cantar y por su acertada selección de fadistas invitados como Pedro Moutinho, merece la pena pagar el elevado precio de cena con espectáculo.
Podemos afirmar al menos que la cocina de Adega Machado es también de excelente calidad. Aunque sea una casa de fados orientada al turismo y un poco cara, la recomendamos por la calidad de sus fadistas.
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