La Ruta del Románico Portugués
Con la excusa de conocer la Ruta del Románico Portugués, disfrutamos de un viaje inolvidable por tierras situadas entre el Duero y el Miño. Historia, arte, monumentos, naturaleza, enología y gastronomía del norte de Portugal
Cuaderno de Viaje Ruta del Románico Portugués
Salimos de Madrid en coche y llegamos a Lousada (cerca de Oporto), nuestra primera parada, el CIR: Centro Interpretação do Românico en Lousada, donde nos recibieron Duarte Pinheiro, encargado de dinamizar el turismo de esta ruta, y la directora de la Rota do Românico, Rosário Correia Machado, socióloga y especialista del arte románico.
El CIR es un edificio espectacular, diseñado por los arquitectos de spaceworkers.pt, que tuvimos la suerte de ver en exclusiva antes de su apertura oficial a finales de abril. Este Centro tiene como objetivo ayudar a quienes quieran conocer el patrimonio de la Ruta del Románico Portugués que comprende cincuenta y ocho monumentos situados fundamentalmente en los valles de tres ríos: Valles del Sousa, del Duero y del Támega. Aunque hay obviamente más románico por el país, esta zona es de las más ricas en patrimonio histórico de esa época que en Portugal va del siglo X al siglo XV.
Los Valles de Sousa, Duero y Támega son valles históricos, en los que aún encontramos huellas tanto en los nombres de localidades y apellidos como en los palacios e iglesias, de las seis familias del llamado Condado Portucalense (1095-1137), que forma parte de los orígenes de Portugal. Estas seis familias son: Sousa, Maia, Resende, Baião, Braganza y Ribadouro, esta última muy importante por ser la familia de Egas Moniz, un personaje histórico fundamental para Portugal.
Rosário Correia Machado nos explicó que el Románico portugués es un románico tardío y que se desarrolló entre los siglos X y XV y nos habló de los monumentos románicos más importantes de la zona, dos de los cuales visitaríamos: los Monasterios de Santa María de Cárquere y el Monasterio y Torre del Salvador de Travanca.
El edificio del CIR, posee mucha simbología tomada del románico y del cristianismo, como sus siete Torres o el espectacular techo en forma de espina de pez. Tiene también siete salas impresionantes para distintos usos, desde conferencias, servicios educativos, exposiciones y una de ellas, la llamada «sala de los constructores», con un techo altísimo, en la que se muestra con materiales reales el proceso de construcción de una iglesia románica. Muchas salas juegan con la orientación de la luz para crear volúmenes y siguen la orientación canónica de las Iglesias (cuya nave estaba orientada hacia Jerusalén).
Algo que llamó nuestra atención, y que consideramos de gran ayuda para seguir correctamente la ruta, son las 2600 señales que guían al visitante en toda la zona. Y también un pequeño detalle que siempre viene bien cuando se viaja: numerosos vales descuento canjeables en muchos hoteles, tiendas y restaurantes que tienen el sello de Calidad de la Ruta del Románico Portugués.
Nuestra primera noche la pasamos en el Hotel Monverde Wine Experience, que está situado entre los viñedos de la Quinta da Lixa, finca que también da nombre a la marca de vinos de producción propia del hotel. Monverde es especialista en enología portuguesa y posee una amplia carta de vinos que da la oportunidad a sus huéspedes y clientes de poder probar y apreciar los caldos de las diferentes regiones vitivinícolas. El hotel cuenta también con una Bodega Especial, en la que ofrecen vinos poco comunes o ediciones limitadas. En su restaurante se puede disfrutar de la mejor gastronomía portuguesa, donde impera la fusión de los productos típicos de la región acompañados, por supuesto, de los mejores vinos. Podemos dar fe de ello ya que tuvimos la suerte de disfrutar de una cena deliciosa acompañada por los excelentes vinos producidos allí mismo en la finca.
Para que la estancia sea aún más placentera, además de disfrutar del espectacular entorno natural en el que se halla, el hotel Monverde cuenta con spa donde relajarse y darse un capricho.
A la mañana siguiente nos dirigimos hacia la zona del Duero que es parte de esta Ruta del Románico. Paramos en el Mirador de Santa Cruz do Douro desde donde se puede disfrutar de una espectacular vista.
De ahí bajamos hasta la estación de tren de Caldas de Aregos.
Este tren que solía ir desde Oporto hasta la frontera con España en Barca D’Alva, ahora sólo llega hasta el Pocinho.
En el embarcadero de Tormes atravesamos hasta Caldas de Aregos, en la margen sur del Duero. Allí aprovechamos para entrar en la tienda de Dolmen donde encontramos varios productos regionales como el Vino Verde o las Cavacas (bizcochos). De ahí paseamos en lancha por el Duero hasta la terraza del Hotel Porto Antigo, que cuenta con una excelente localización justo encima del río.
Ya de vuelta a Caldas de Aregos subimos hasta el Monasterio de Santa María de Cárquere, uno de los monumentos más emblemáticos del románico portugués.
Aquí nos cuentan el “Milagre” de Santa María de Cárquere: se dice que Afonso Henriques, quien llegaría a ser el primer rey de Portugal (1143-1185), era débil, delgado y enclenque cuando era niño así que su tutor, Egas Moniz, lo llevó al Monasterio de Cárquere y como resultado, D. Afonso Henriques creció alto y fuerte.
El señor Joaquim, que es el guardián de este monumento, nos enseña una sorpresa: detrás de los retablos correderos hay frescos del siglo XVI.
Esto es una prueba de que los monumentos románicos eran decorados y no edificios austeros. En una primera época se decoran con tapices y, posteriormente, con pinturas murales.
Muchas iglesias románicas fueron modificadas a lo largo de los años, lo que lejos de ser algo malo, demuestra que hay mil años de historia del arte y que el patrimonio era importante para las comunidades, como nos cuenta Rosário Machado.
Las construcciones románicas son las más antiguas que se han mantenido en pie hasta hoy en esta zona de Portugal, ya que tanto los restos romanos conservados y los castros, son sólo ruinas. Hay que señalar además, que en Portugal no hubo periodo prerrománico.
En esta iglesia se encuentra también el panteón de una las las familias nobles más importantes de la región: los Resende.
Como en casi todas las iglesias románicas, el cementerio está situado al norte, simbolizando la muerte.
De Cárquere seguimos la Ruta del Románico Portugués, hacia la Fundación Eça de Queiroz (Casa de Tormes). En su restaurante, Tormes, disfrutamos de una comida “queirosiana”, cuyo plato principal es el famoso arroz con habas y pollo frito, que Eça tomó en 1892 durante su primera visita a esta casa heredada por su mujer Emilia de Castro, por ser hija de los Condes de Resende.
La Casa de Tormes es un lugar de peregrinaje obligatorio para quienes, como nosotros, adoran a Eça y su obra. En la casa se encuentran varios tesoros queirosianos, muy apreciados por mitómanos de este escritor.
José María Eça de Queiroz nació el 25 de noviembre de 1845 y murió en París el 16 de agosto de 1900. Se le considera el Flaubert portugués y dejó una obra importante con novelas como “Los Maia”, “El primo Basílio”, “La ciudad y las sierras”, “El Mandarín”, y un largo etc. Todas ellas editadas en español. Además de escritor y diplomático, Eça ejercía como corresponsal para varios periódicos y trabajaba también como ensayista. Nos parecen también muy interesantes (y sorprendentemente actuales) sus crónicas desde el extranjero.
La Fundación es hoy una casa para la Cultura, pero la finca sigue siendo un santuario de agricultura, y produce un buen vino verde con la marca “Tormes”. Un vino que el escritor apreciaba mucho, llegando a escribir sobre él en su novela “La Ciudad y las Sierras”: <<Pero nada le entusiasmaba tanto como el vino de Tormes, cayendo desde lo alto, de la redondeada jarra verde – un vino fresco, experto, vigoroso, y teniendo más alma, que poema el libro santo>>. ¡Grande Eça!
Dentro de la Ruta del Románico Portugués recomendamos también una visita a la bonita ciudad de Amarante, en los márgenes del río Tâmega, un afluente del Duero. Entre los muchos monumentos a visitar y descubrir, destacamos la iglesia de S. Gonzalo de Amarante, (Tagilde, Portugal 1186 – 10 de enero de 1260), que fue un beato dominico de la Iglesia católica, que es patrón de esta ciudad. Es el santo al que las solteras deben rezar para encontrar pareja y también en caso de tener problemas de fertilidad.
Justo al lado de la iglesia está el Museo Amadeo de Souza-Cardoso que fue fundado en 1947 y que está localizado en uno de los claustros del Monasterio de São Gonçalo. Este museo está dedicado al pintor Amadeo de Souza-Cardoso (1887-1918), considerado por muchos el pintor portugués más importante del siglo XX y que nació en esta ciudad. El museo tiene una muy buena colección de la obra de este artista, pero tiene además también una interesante colección própria de arte modernista y contemporáneo de Portugal.
Uno de los tesoros de este museo son los célebres “Diablo y Diabla de Amarante”, que tienen una historia bastante curiosa: se dice que hasta 1809 la sacristía del convento de S. Gonçalo albergaba las figuras de una pareja de diablos oriundos del averno con facciones africanas y que eran muy apreciados por los monjes. A pesar de sus facciones africanas se cree que los diablos llegan a Portugal traídos de la India y que son obra de antiguos brahmanes. En el año de 1809, en la invasión y saqueo de Amarante por parte de las tropas francesas, los diablos son quemados. Expulsados los franceses, los frailes dominicos, muy disgustados con la desaparición de sus diablos, encargan dos copias a un escultor local, António Ferreira de Carvalho, quién los esculpe de nuevo en madera de castaño. Pero la historia no termina ahí, porque los diablos fueron mutilados (les quitaron sus “órganos sexuales por indecentes”), pasaron por Inglaterra, y estuvieron en la Exposición Universal de París de 1889. A finales del siglo XIX la ciudad de Amarante consigue recuperarlos y ahí están hoy.
Nos dirigimos después hasta una casa señorial muy bonita, la Casa de Juste, donde pernoctamos.
Cenamos con los muy amables anfitriones Ana y Fernando Guedes. La casa pertenece a la misma familia hace más de 600 años y es un solar señorial en una propiedad de 15 hectáreas, con un jardín fabuloso, huerto, bosque y viñedos. Es un jardín histórico, y de hecho su propietario, Fernando Guedes, es el vicepresidente de la Asociación de Jardines Históricos de Portugal.
Dimos un agradable paseo por la finca, viendo y oliendo las centenas de variedades de plantas y flores. Fernando nos dice que se empeñó mucho en recuperar este jardín, portugués, y también muy inglés por otra parte. Las distintas variedades de camelias estaban en flor.
Seguimos nuestra ruta del románico portugués hasta otra casa señorial, la Casa de Vilar, que además alberga un curioso museo, el Museu da Imagem Animada de Lousada.
Lo dirige Abi Feijó quién es un conocido y premiado cineasta portugués de animación al igual que su pareja, Regina Pessoa.
La bonita Casa de Vilar es una villa centenaria que Abi heredó, situada en el pueblo de Vilar do Torno (cerca de Lousada). En 2014, decide hacer un museo dedicado a enseñar la historia de las imágenes en movimiento con su maravillosa colección de artefactos del pre-cine, animatógrafos, películas, etc, . Abi sabe muchísimo y nos lo cuenta en un castellano perfecto que nos deja maravillados.
Por último, volvemos a nuestra ruta del románico con una visita a la Torre y al Monasterio de Salvador de Travanca, situados en el pueblo del mismo nombre, cerca de Amarante.
El Monasterio Benedictino de San Salvador de Travanca es la iglesia románica más destacada de la zona de Amarante. Fundado a mediados del siglo XII, es uno de los templos más antiguos de la cuenca del río Sousa. El templo conserva gran parte de la estructura románica, a excepción del presbiterio, ampliado en el siglo XVII. El cuerpo de la iglesia está compuesto por tres naves escalonadas y la cabecera formada por el ábside rectangular y dos absidiolos redondos.
Al lado fue edificada, en el siglo XIV, la torre defensiva que se considera «como una afirmación señorial del monasterio.» La estructura militar gótica contrasta con la decoración de gusto románico, bien patente en el Agnus Dei esculpido en el tímpano de la puerta. En 2016 el monasterio está seleccionado para el programa ‘Revive’, proyecto del Estado portugués que prevé la apertura del patrimonio a la inversión privada para el desarrollo de proyectos turísticos.
Recomendamos visitar también el Museu Municipal de Penafiel dedicado a la Arqueología, historia local y etnografía, y con una intensa actividad de preservación y promoción de los valores del patrimonio de Penafiel, que fue distinguido con el premio Museo del Año 2010.
Finalmente, otro de los destinos son más encanto de la zona es el pueblo de Quintando, cuya belleza del paisaje y de la arquitectura saltan a la vista nada más llegar. Llena de historia, la aldea pertenece a la parroquia de Lagares (Penafiel), estando próxima de los centros urbanos, lo que no le impide preservar toda la tradición. Su arquitectura es singular con construcciones de granito y pizarra que le confieren una gran personalidad.
Y aquí termina nuestro paseo por tierras del norte de Portugal, en el que tanto aprendimos y más disfrutamos.
DÓNDE dormir
Quinta de Sanguinhedo
Castanheiro Redondo
4600-761 TELÕES
Amarante
Teléfono:+351 255 143 100
E-mail: geral@monverde.pt
DÓNDE COMER
Restaurante Tormes – Fundação Eça de Queiroz
Caminho Particular de Tormes
Quinta de Tormes – Baião
4640-424 Santa Cruz do Douro
Teléfonos:
+351 916 252 664
E-mail: restaurantedetormes@gmail.com
Nos quedamos con ganas de comer en el famoso restaurante “Largo do Paço” que además de contar con una estrella Michelín, tiene al frente al reputado chef André Silva. Pertenece y al hotel, Casa da Calçada de la cadena Relais & Chateaux em Amarante.
4600-017 Amarante, Porto – Portugal
Teléfono: +351 255 410 830
E-mail: book@largodopaco.com
¡Para una próxima oportunidad!